Esta joven, era una princesa nativa, prometida de Alucio, príncipe celtíbero de una tribu de los alrededores de Qart Hadasht, ya se hallaba como rehen de los cartaginenes para mantener la fidelidad de su tribu, paso a ser ahora propiedad de Escipion el Africano, el cual pide un rescate por ella. Alucio se presento ante el general romano Escipion con un inmenso tesoro para pagar el rescate, pero este, al ver el dolor de los amantes, y lo profundamente enamorados que estaban, se apiadó de ellos, liberó a la princesa y donó el rescate como dotes para las nupcias.
Alucio, agradecido por el gesto, puso a disposición del general romano su ejército, una tropa de 1.400 jinetes y le regaló un broquel, escudo labrado en plata.
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